Aparte de ser antiestéticos, los orzuelos pueden llegar a ser muy molestos y dolorosos. Incluso en ocasiones, cuando la inflamación es muy acusada y alcanzan un tamaño considerable, pueden llegar a bloquear nuestra visión.
¿Qué son y cuáles son sus causas?
Nuestros párpados tienen una serie de glándulas -denominadas glándulas de Meibomio- que terminan justo en el borde del párpado y cuya misión es la de secretar una sustancia oleosa que permite que el párpado se deslice por encima del ojo con total suavidad. Los orzuelos no son más que una inflamación de alguna de estas glándulas que por algún motivo quedan bloqueadas.
Al quedar bloqueada, la grasa que contienen no puede ser drenada con normalidad y se acumula, lo que puede producir una infección, que es la que provoca la hinchazón del párpado. Además de la inflamación, la zona adquiere una tonalidad rojiza y se vuelve mucho más irritable y sensible al tacto. También puede producir sensación de arenilla en el ojo y lagrimeo constante.
Tratamiento
Generalmente, son procesos que desaparecen igual de rápido que han aparecido sin hacer absolutamente nada. Una forma de ayudar a que se desinflame es aplicar calor local para poder deshacer la obstrucción y que la grasa acumulada pueda ser expulsada.
En el caso de que transcurridos unos días la inflamación no desaparezca, lo más recomendable es acudir a su oftalmólogo para que valore la situación y decida si es necesario optar por otro tipo de tratamiento para eliminar el orzuelo.
Complicaciones
Si el orzuelo no desaparece podría llegar a enquistarse provocando lo que se conoce como Chalación. En este caso sí que es imprescindible acudir al oftalmólogo para valorar otros tipos de tratamientos.