Los párpados pueden verse afectados por gran número de patologías que van desde las simples verrugas hasta los tumores (tanto benignos como malignos).
Estos últimos se originan tanto en la piel, como en las estructuras glandulares especializadas, los folículos pilosos o en los tejidos más profundos de los párpados. Suelen identificarse por su aspecto clínico, pero siempre es necesaria una biopsia para establecer el diagnóstico definitivo. Las lesiones pueden clasificarse en pigmentadas y no pigmentadas, y según su genio evolutivo, en benignas y malignas. El tratamiento de elección de las patologías tumorales del párpado consiste en la escisión quirúrgica local tanto en las lesiones benignas como en las malignas, considerando que en éstas últimas es obligatorio dejar un margen libre de 3mm.
El resto de afecciones, como las verrugas o los quistes de grasa, son más sencillos y ráìdos de eliminar. En cualquier caso las intervenciones son, en su gran mayoría, de carácter ambulatorio.
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