Tanto la hipermetropía como la miopía, junto al astigmatismo, son lo que se denomina defectos refractivos. Para eliminarlos básicamente existen dos técnicas quirúrgicas: la corrección láser (Lasik) o corrección mediante lentes de colágeno tipo ICL. Ambas técnicas son totalmente seguras y muy rápidas. Tanto es así que el mismo día de la intervención el paciente se puede ir a casa por su propio pie, y al día siguiente ya podrá empezar a hacer una vida prácticamente normal, sin necesidad de usar gafas o lentillas de ningún tipo. La elección de una cirugía u otra depende principalmente de las características anatómicas del ojo, que se determinarán mediante una batería de pruebas diagnósticas en nuestra consulta.
Esta técnica consiste en alterar las características anatómicas de la córnea modificando su curvatura, y por tanto su potencia dióptrica, de manera permanente. La remodelación se realiza de manera muy precisa y controlada mediante la vaporización del tejido corneal. Unos pulsos láser van puliendo la superficie de la córnea con gran exactitud hasta eliminar el defecto refractivo. La intervención no dura más de 10 minutos por ojo y sus efectos son permanentes y efectivos desde el primer momento, aunque la visión puede verse alterada durante los primeros días debido a los procesos de regeneración del tejido tratado.
Existen dos variedades de este tipo de intervención: el LASIK y la PRK. La diferencia entre ambas es que en el LASIK se talla una fina lamela (150micras) de la córnea para poder aplicar el láser en la superficie resultante. En el caso de la PRK, en cambio, se retira una primera capa finísima (50micras) que hay en la córnea denominada epitelio y posteriormente se aplica el láser. Otra diferencia es que mientras que la recuperación con el LASIK es más imediata (al día siguiente ya se consigue una visión más que aceptable), con la PRK se tardan entre 7 y 15 días en estabilizar la visión. Esto se debe a que el epitelio se debe regenerar por completo y durante ese tiempo la visión puede sufrir fluctuaciones hasta llegar a su estado óptimo. La elección entre una u otra técnica responde tan solo a criterios médicos.
Las lentes de colágeno para la corrección de los defectos refractivos existen desde hace más de 20 años. Es una de las técnicas más rápidas, fiables y segura. En nuestro centro somos pioneros en la implantación de este tipo de lentes; no en vano el Dr. Fernando Castanera fue el primer cirujano en implantar este tipo de lentes en el país.
A diferencia de otros tratamientos, cuenta con la gran ventaja de que es un procedimiento totalmente reversible. Es decir, en caso de necesidad la lente se puede explantar -y si es necesario sustituir por otra- sin haber modificado para nada ninguna de las estructuras del ojo. La intervención es extramadamente rápida -no más de 5 minutos por ojo- y segura. Los resultados son increibles ya desde el primer minuto tras salir de quirófano y el nivel de satisfacción de los pacientes es realmente alto.
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