Se acaban las vacaciones y todos, grandes y pequeños volvemos a la rutina. Eso implica un cambio de hábitos. Volvemos a situarnos delante de las pantallas, se acabaron tantas horas de sol, de playa o piscina y nuestros ojos se resienten. Para que el cambio sea menos traumático y la transición sea más llevadera y como centro oftalmológico de referencia en Barcelona os damos una serie de consejos para mantener nuestra salud ocular en buen estado.
Tanto si teletrabajamos como si no la mayoría de nosotros nos pasamos muchas horas delante de una pantalla de ordenador. Para evitar que nuestra vista se canse en exceso deberíamos:
Hacer descansos periódicos
Mínimo cada hora deberíamos descansar nuestra vista, apartarla de la pantalla, levantarnos de nuestra silla y estirar un poco las piernas. Esto no solo nos vendrá bien a nivel ocular sino también a nivel muscular en general. Estar demasiado tiempo en la misma postura provoca entumecimiento de los músculos y mirar de manera continua a la pantalla nos puede provocar picor y enrojecimiento de los ojos.
Parpadear cada cierto tiempo
Parece una obviedad, pero un acto tan habitual y tan automático como es el de parpadear senos olvida cuando estamos muy concentrados realizando un trabajo frente a una pantalla. Por eso es conveniente que nos acordemos de parpadear, porque cada vez que cerramos y abrimos las pestañas estamos lubricando el ojo. Sin esta lubricación el ojo se seca y se enrojece.
Usar pantallas de calidad
No todas las pantallas de los ordenadores son igual de buenas. Actualmente existen en el mercado marcas que nos ofrecen unas pantallas con una luminosidad más suave que incluso se adaptan a las diferentes condiciones de iluminación que se pueden dar en el lugar de trabajo durante la jornada laboral. Un exceso de luminosidad hará que nuestros ojos secan en más rápidamente y que nos cueste enfocar las letras.
Colócate a la distancia correcta
Colocarse a la distancia correcta y en la postura adecuada es clave para que nuestra vista no se canse tanto y también para evitar la aparición de problemas musculares debido a una mala postura.
La pantalla debe quedar a la altura de nuestros ojos. Si queda por encima o por debajo pueden resentirse mucho nuestras cervicales. Y todos los expertos coinciden en que la distancia correcta seria alrededor de los 60cm (unos 3 palmos) desde nuestros ojos a la pantalla.
Ilumina bien tu lugar de trabajo
La luz natural siempre es mejor que la artificial. Aunque también es cierto que la luz natural será diferente según la hora del día o puede sufrir fluctuaciones debido a las nubes y esto puede incluso cansarnos más la vista. Lo ideal es siempre disponer de una ventana por la que entre luz natural y reforzarla con la luz artificial adecuada, que no sea demasiado potente o demasiado débil.
Hidrata tus ojos
La lágrima artificial es de gran ayuda para ayudar a nuestros ojos a mantenerse hidratados. Existen en el mercado multitud de tipos de lágrimas con diferentes composiciones según nuestras necesidades. Déjate aconsejar por tu óptico o tu oftalmólogo para escoger la que más se adecúe a tus necesidades.
Patologías infantiles más habituales
Existen una serie de patologías muy frecuentes en los niños que debemos ser capaces de detectar a tiempo:
Miopía e Hipermetropía
Se trata de dos de las patologías más frecuentes. La miopía aparece cuando perdemos la capacidad de enfocar de lejos, al contrario que la hipermetropía que nos impide tener una correcta visión delos objetos cercanos. Tanto una como la otra pueden afectar gravemente al rendimiento escolar de nuestros hijos ya que si no son capaces de enfocar objetos lejanos como la pizarra u objetos cercanos como la libreta difícilmente serán capaces de realizar las tareas diarias que se les encomienden en clase.
La solución en el caso de los niños o adolescentes es siempre el uso de gafas que corrijan el defecto visual.
Ambliopía u ojo vago
En ocasiones uno de los ojos de los niños deja de funcionar correctamente, poco a poco va perdiendo su capacidad de enfoque y simplemente deja que sea el otro ojo, el conocido como ojo dominante, el que haga todo el trabajo. Se trata de un problema neuronal que, de no ser detectado a tiempo acabará por dejar incapacitado al ojo afectado.
La solución aunque pueda parecer muy aparatosa y un tanto incomoda, y muchas veces difícil de gestionar con los niños, es también muy efectiva: se trata de tapar el ojo dominante para obligar al afectado a trabajar. Para ello se coloca o bien un parche sobre el ojo o se opacifica uno de los cristales de las gafas que utilice el niño.
Estrabismo
Es un defecto visual que provoca que provoca que uno de los dos ojos -o en ocasiones también ambos ojos-desvíen su posición respecto del punto de enfoque. Esta pérdida de paralelismo hace que no se pueda enfocar correctamente o incluso que aparezca visión doble.
El tratamiento puede ser muy diferente dependiendo del tipo de estrabismo así como del estadío en que se diagnostique. Cabe la posibilidad de que se corrija simplemente con unas gafas o puede requerir una intervención quirúrgica para retocar la musculatura encargada de la movilidad ocular.
Evitar el fracaso escolar
Cualquiera de estas patologías puede afectar enormemente al correcto desarrollo del aprendizaje de los menores.
En Clínica Oftalmológica Castanera contamos con los oftalmólogos y optometristas pediátricos más cualificados para poder solucionar de manera satisfactoria cualquiera de estos problemas que pueda presentar los niños.
Revisa tu vista
Desde Clínica Castanera aconsejamos siempre revisar nuestra vista de manera periódica para adelantarse a la aparición de posibles enfermedades oculares como mínimo una vez al año. Patologías como la miopía, la hipermetropía, el glaucoma, la vista cansada afectan de manera notable a nuestra visión y consecuentemente a nuestro rendimiento por eso están importante chequear nuestra agudeza visual regularmente.
En el caso de los más pequeños de la casa debemos estar muy atentos y adelantarnos siempre a cualquier problema visual que puedan presentar para poder ponerle remedio lo antes posible y puedan seguir con sus tareas habituales.