¿Qué es la mácula?
La retina es la capa de tejido que recubre el interior de nuestro ojo. Sobre ella se reflejan las imágenes de aquello que vemos. Es una capa muy vascularizada, con muchos vasos sanguíneos que la nutren. Sobre ella encontramos dos estructuras que son de suma importancia. La primera de ellas es el nervio óptico. Técnicamente, el nervio óptico ya se podría considerar como una estructura aparte, pero como su inicio se sitúa justo en el centro de la retina, se suele nombrar como una parte más de ésta. La otra estructura, de la que vamos a hablar hoy, es la mácula. Se trata de un pequeño punto situado justo al lado del nervio óptico. Tiene un color diferente del resto de la retina porque una de sus partes, la fóvea, presenta menos cantidad de vasos sanguíneos, lo que la dota de una tonalidad más oscura.
¿Por qué es tan importante la mácula?
La mácula apenas representa un 5% de todo el espacio que ocupa la retina. Sin embargo, su importancia es enorme ya que se trata dela estructura que permite que podamos enfocar y fijar la mirada, distinguir los colores y percibir el movimiento.
Para que se entienda la importancia de la mácula, basta condecir que cuando leemos un libro, es en esta estructura sobre la que se proyectan las palabras que vamos leyendo; cuando miramos a una persona, es sobre la mácula dónde se refleja su cara y cuando vamos conduciendo, es sobre la mácula donde fijamos los movimientos del coche que va delante para no chocarnos.
Patologías maculares
Como acabamos de decir la mácula es de suma importancia, puesto que es la encargada de la visión fina, de que podamos enfocar las imágenes y verlas claramente. Por tanto, cualquier daño que se le pueda ocasionar implicará una bajada de visión acusada. Estas son las enfermedades más comunes y sus tratamientos.
Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE):
Se trata de una enfermedad degenerativa que provoca daños sobre la mácula. Suele aparecer a partir de los 50-60 años, por eso decimos que está asociada a la edad. Y existen dos tipos:
• DMAE Seca: Es la más habitual, 4 de cada 5 casos de DMAE corresponden a este tipo. Tiene un desarrollo lento por lo que es más fácil detectarla y tratarla a tiempo con eficacia. En este tipo de degeneración la mácula se ve afectada por la aparición de lo que denominamos drusas. Las drusas son pequeños depósitos de material de deshecho que el cuerpo no es capaz de eliminar y se acumulan en esta zona provocando visión borrosa y distorsionada.
Actualmente no existe un tratamiento específico y eficaz para tratarla. Simplemente se ha demostrado que la ingesta de ciertos suplementos, algunas vitaminas o los antioxidantes pueden ralentizar el avance de la enfermedad.
• DMAE húmeda: Es la menos habitual pero la más peligrosa. Tienen una aparición repentina y un desarrollo muy rápido que provoca una pérdida de la visión muy acelerada, lo cual hace que muchas veces no lleguemos a tiempo para poder tratarla. Consiste en el crecimiento anormal de vasos sanguíneos alrededor de la mácula, los cuales pueden sangrar y distorsionar enormemente la visión de manera permanente.
El tratamiento consiste en la administración de un medicamento a través de inyecciones intraoculares. El medicamento se deposita sobre la mácula e impide, o como mínimo ralentiza, el crecimiento de los vasos sanguíneos.
Prevención: La mejor manera de prevenir la aparición de la DMAE es mantener unos hábitos de vida saludables: no fumar, no beber alcohol, mantener una dieta sana y equilibrada con alta presencia de antioxidantes y baja en grasas y, por supuesto, realizar deporte.
Edema macular:
Se denomina así a la acumulación de líquido alrededor de la mácula. Las causas pueden ser diversas, aunque enfermedades mal controladas como la diabetes pueden estar detrás de su aparición. En pacientes no diabéticos puede ser el resultado de otra enfermedad como la uveitis (inflamación de la úvea), la DMAE o la retinosis pigmentaria.
El tratamiento puede variar desde la aplicación de ciertos colirios, en los casos más leves, hasta la infiltración de inyecciones con una medicación más potente en el interior del ojo que rebajen la inflamación y permitan la reabsorción del líquido.
Agujero macular
Como su propio nombre indica un agujero macular se trata de una rotura del tejido de la mácula. La capa de la retina, donde se encuentra la propia mácula, es una capa muy fina y cualquier tracción puede acabar por romperla. Nuestro ojo está relleno por un gel, el humor vítreo, que está en contacto directo con la retina. En ocasiones este gel se densifica, generando tracciones que pueden llegar a romper el tejido. Dependiendo del grado de la rotura la pérdida de visión será prácticamente imperceptible (grado 1) o mucho más grave (grado 4) que provocará una pérdida muy acusada de la visión central.
Membrana epiretiniana:
Consiste en la formación de una fina capa justo encima de la mácula que provoca que la persona afectada no pueda ver correctamente. Concretamente, presentará una visión borrosa o incluso, si la membrana está muy desarrollada puede llegar a verse como una mancha negra.
El tratamiento es quirúrgico. Se ha de realizar lo que se denomina una vitrectomía mediante la cual se eliminará la membrana mecánicamente con un instrumental de gran precisión.
¿Cómo detectar cualquier enfermedad macular?
Para poder detectar cualquiera de estas patologías se realizan diferentes pruebas diagnósticas. Pero la más utilizada, y la que más información nos proporcionará será, la Tomografía de Coherencia Óptica u OCT (Optical Coherence Tomography, en sus siglas en inglés).
Mediante la tomografía podemos obtener infinidad de imágenes de la retina, la mácula y el nervio óptico, en múltiples cortes, planos y profundidades, que nos proporcionarán toda la información necesaria para realizar un diagnóstico preciso del estado de salud de nuestra retina en general y de nuestra mácula en particular.
La prueba simplemente consiste en mirar una luz durante unos pocos segundos mientras la persona encargada de realizar la prueba va tomando imágenes de las partes que más nos interesen.
En Clínica Oftalmológica Castanera creemos que para poder ofrecer una medicina de calidad a nuestros pacientes debemos poder disponer de la última tecnología diagnóstica, por eso todo nuestro instrumental de exploración y diagnosis es de ultima generación. Eso nos permite seguir siendo uno de los centros oftalmológicos de referencia de Barcelona y poder cubrir cualquier área del sistema visual: desde problemas refractivos, pasando por las cataratas, el glaucoma, la oculoplastia y, por supuesto, también la retina.
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